
Pueblo nuevo de Pinares es sin dudas la comunidad más alta de Mayarí. A solo unos metros de la Loma de la Mensura que redondea los 995 metros sobre el nivel del mar, los más de 400 habitantes del lugar experimentan las agradables temperaturas nocturnas y viven las emociones de la renovación.
Jorge Betancourt, delegado de la circunscripción 74 es también el presidente del consejo popular de Pinares, donde radica Pueblo nuevo, como una especie de capital serrana. Contó hace muy poco que luego de las remodelaciones asumidas en agosto de 2017 el poblado es otro para bien de sus habitantes.
La belleza de la escuela primaria Aleida Fernández, la integralidad del consultorio médico número 32 y un centro cultural amplio y confortable pueden definir hoy a Pueblo Nuevo de Pinares, pero hay que citar que también allí fueron remodeladas cerca de 40 viviendas y quedó abierto un punto para la conexión wifi.
Flora Pupo Gutiérrez, vecina del lugar, tiene un patio que es un verdadero dibujo de colores, gracias a su atractivo jardín. Sabe que ahora todo le queda al alcance de la mano: el parque remozado para los niños, la unidad gastronómica y la farmacia.

La rehabilitación de Pueblo nuevo de pinares, asentamiento surgido hace solo 32 años, forma parte de la estrategia del municipio de Mayarí bajo el amparo del programa para el desarrollo integral.
Aunque es menester continuar enriqueciendo el entorno de los que habitan el Plan Turquino, en la citada comunidad mejoró la transportación de pasajeros con la entrada de nuevos vehículos especializados para la montaña y la empresa eléctrica garantizó las luminarias que ofrecen alumbrado público a las rectas calles del vecindario.
El estadio de pelota es ejemplo de organicidad, así como la nueva instalación para la práctica de yudo y lucha. Los vecinos aseguran que en la placita insisten en sostener ofertas para todos y en ello es necesario vínculos estrechos con campesinos y formas productivas.
Caminar por el caserío de Pueblo nuevo de Pinares es constatar experiencias distintas a cada instante. Las entrecalles colmadas con las tendederas, creadas por las mujeres que intentan minimizar las manchas rojas del suelo en las ropas; los hombres a caballo dispuestos a volver a la faena del campo, los niños que caminan hasta la escuelita primaria y la cafetería colmada de paisanos que toman un sabroso refresco de naranja, inspiran al diario bregar.
Mejorar y estabilizar los servicios de abasto de agua al poblado sigue siendo el reto mayor en el intramontano paraje de la sierra de Nipe, donde la temperatura promedio no supera los 25 grados y cerca de 50 familias gozan servicios telefónicos en sus viviendas.
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